lunes, 23 de enero de 2012

ENSEÑANZAS DE SAN FRANCISCO DE ASIS.

No hagamos propaganda de nuestra espiritualidad, ni creamos tener la palabra infalible de Dios, pero aprovechemos toda oportunidad que se nos presente para facilitar Su Enseñanza.

No nos apeguemos a ninguna persona, objeto físico, emoción o pensamiento. Nada nos pertenece. Al aferramos y querer poseer, estamos siendo orgullosos, porque estamos identificándonos con "lo MÍO"


Nunca nos pongamos como ejemplo de nada ni ante nadie, porque es la manifestación de orgullo más temible que pueda hacer la personalidad. El que se cree ejemplo o perfecto en algo, se da cuenta de todo, menos de su imperfección. Perfecto es nuestro Espíritu, y cuando este comienza a reflejar su perfección en la personalidad, ella debe hacer silencio.


 No hablemos tanto de nosotros. ¿Qué tenemos que decir de nosotros que sea más grande que Dios? Nada. El tiempo que ocupamos hablando de nuestra persona, ocupémoslo hablando de las virtudes de Dios, de los Santos y Maestros. Cuidémonos del orgullo espiritual, que es el más peligrosa No contemos nuestras experiencias místicas y logros en público; esto es muy dañino para nuestro transitar espiritual.

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