viernes, 30 de diciembre de 2011

LA FÓRMULA


Déjame darte la fórmula metafísica para obtener cualquier cosa que uno desee. Es una fórmula, Hay que empleada para todo. Compruébala por ti mismo. No me lo creas ciegamente.
YO DESEO TAL COSA. EN ARMONÍA  PARA TODO EL MUNDO Y DE ACUERDO CON LA VOLUNTAD DIVINA, BAJO LA GRACIA Y DE MANERA PERFECTA. GRACIAS PADRE QUE YA ME OÍSTE.

Ahora no dudes por un solo instante. Has empleado la fórmula mágica. Has cumplido con toda la ley y no tardarás en ver tu deseo manifes­tado. Ten paciencia. Mientras más tranquilo esperes, más pronto verás el resultado. La impa­ciencia, la tensión y el ponerse a empujar men­talmente destruyen el tratamiento (la fórmula es lo que en metafísica se llama "un tratamiento") Para que conozcas lo que has hecho al repetir la fórmula, te voy a explicar el proceso detallada­mente.
Al tú decir "en armonía para todo el mundo" has eliminado todo peligro de que tu conveniencia perjudique a otro, como tampoco se te hace posible desear un mal para otro.
Al decir "de acuerdo con la voluntad divina"; si lo que tú deseas es menos que perfecto para ti, verás suceder algo mucho mejor de lo que tú esperabas. En este caso significa que lo que estabas deseando no lo ibas a encontrar suficiente, o no te iba a resultar tan bueno como tú pensabas. La voluntad de Dios es perfecta.
Al tú decir "bajo la Gracia y de manera perfecta", encierra un secreto maravilloso. Pedir "bajo la Gracia y de manera perfecta" es trabajar con la ley espiritual. La Ley de Dios que se manifiesta siempre en el plano espiritual. Allí (en el plano espiritual) todo es perfecto, sin obstáculos, sin inconvenientes, sin tropiezos ni daños para alguno, sin luchas ni esfuerzos, "suavecito, suavecito", todo con gran amor, y esa es nuestra Verdad que al ser conocida nos hace libres.
"Gracias Padre que ya me oíste" es la expresión más alta de te que podamos abrigar. Jesús la enseñó y la aplicaba en todo, desde antes de partir el pan con que alimentó a cinco mil, hasta para decir cómo transformar el vino en su sangre. Dando gracias al Padre antes de ver la manifestación.
Como irás viendo, todo lo que enseñó Jesús fue metafísico. Todo lo que tú desees, todo lo que vayas necesitando lo puedes manifestar.
El Padre todo lo ha previsto ya, todo lo ha dado ya, pero hay que irlo pidiendo a medida que se sienta la necesidad. Sólo tienes que recordar que no puedes pedir mal para otro porque se te devuelve a ti, y todo lo que pidas para ti debes pedirlo tam­bién para toda la humanidad porque todos somos hijos del mismo Padre.
Conny Méndez

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