jueves, 22 de diciembre de 2011

EL MAGNÍFICAT



Mi Alma solamente Magnifica la Presencia de Dios den­tro de mi corazón. Se exalta mi Espíritu al saludar la Presencia de Dios. Esto sucede porque trato de ser un humilde Senador. Así seré Bienaventurado entre todas las Generaciones. El Señor hace en mí maravillas. Al respetar el uso del Santo Nombre de Dios, su Amor Compasivo me acompaña por siempre. La Potencia del Brazo de Dios ha confundido el corazón y el pensamiento de los orgullosos. Dios depone a los que se engrandecen y exalta a los que son humil­des, llena de bienes a los que creen no tener nada y le quita a los que creen tenerlo todo. Dios me ha recibido porque es Misericor­dioso, y Él así lo prometió desde nuestros ancestros hasta por siempre, eternamente. Amén.

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